Ana Karenina
Ana, en pie en medio de la habitación, le miró fijamente por toda respuesta. El le dirigió una rápida mirada y, arrugando la frente, continuó la interrumpida lectura de una carta.
Sin pronunciar palabra, ella dio media vuelta y salió lentamente de la habitación. Vronski no se decidía a detenerla: la dejó llegar hasta la puerta sin decirle nada y, entre tanto, sólo se oyó el ligero ruido que produjo Vronski al volver a la hoja de la carta. Pero cuando Ana estuvo a punto de cruzar el umbral le dijo:
-¿Así es cosa decidida que nos marchamos mañana?
Ella respondió:
Tú sí, yo, no.
Lev Nicolaievich Tolstoi "Ana Karenina"
1 Comments:
Buen blog. Interesantes retazos de alma pegados a la página.
Saludos.
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