El que no tiene una ventana, tiene dos
Entre sueños, acababa de escuchar el murmullo de las montañas, viajando constantemente su tristeza de un lugar a otro. Abrió los ojos, aún era de noche, el sueño aún dibujaba sobre la piedra de la realidad. Encendió la luz. Abrió la maleta de piel y creyó entrar en otro sueño, al leer las cartas que había dentro. En una de ellas pareció encontrar el aire viejo de un patío vacío, en una
de las fotografías. Pensó que nada parecía real en aquella habitación de hotel. La última noche (después de viajar de ciudad en ciudad, de calle en calle, de un pueblo a otro pueblo) él encendió un cigarrillo y abrió las ventanas. Los perros ladraban la vieja luna llena. El reloj marcaba las seis.
Ella aún dormía.
1 Comments:
El hombre solo es un mundo.
Saludos.
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